jueves, 6 de noviembre de 2014

Una vida acelerada

Por: Jessica Moreno
Entrar con una noticia alarmante como que en Colombia el 20% de las mujeres embarazadas están entre los 15 y los 19 años de edad, según la Organización de la Naciones Unidas me lleva a pensar en que los jóvenes ya no actúan a lo que en realidad son: Jóvenes incomprendidos, puvertos o pre adolescentes en la que su mayor preocupación es un nota en matemáticas o que no le dieron el regalo que esperaba de cumpleaños. Ahora son jóvenes intentando llevar la vida de un adulto.


Nadie tiene la culpa, es el siglo XXI en el que se perdió cualquier pudor o taboo como llaman ahora. Nadie se podría poner en el lugar de una persona si no es esa persona. No se puede generalizar los pensamientos de la juventud sobre lo que ellos llaman decir vida. Muchos dicen, yo ya viví esa etapa; en la que nada nos gusta, en la que nos avergüenza todo. Pero realmente, los adultos saben qué piensan los jóvenes  cuando  se les menosprecia esa etapa, muy pocos se percatan en que estos puvertos no les interesa saber si vivieron la misma etapa, ellos saben por naturaleza que fueron jóvenes como ellos lo son, ellos sólo quieren vivir esta etapa de puvertad a su manera es su juventud y algún día también le van a decir lo mismo a la generación que viene en camino. 

Lo cierto, es que a pesar de que la juventud quiera vivir a su manera, en ciertas formas trata de ser comprendido imitando lo que hacen los adultos. Pero, cómo no hacerlo si es la etapa incomprendida, ni siquiera tiene nombre. De uno a cinco años son bebes, de seis a 10 son niños, de 11 a 15 son adolescentes, pero alguien sabe cómo se llama la etapa de los 16 a 17 años, y no cuento el número 18 porque a esa edad es mayor de edad y cuenta como adulto según la Constitución Colombiana. 

Sin duda existe una edad en la que en la mayoría de las cosas es discriminada porque no se tiene en cuenta, ya que no es ni adolescente pero tampoco un adulto.  Por ello, ahora los jóvenes de esta edad imitan las acciones de un adulto para incorporarse en la sociedad. Ellos son lanzados al vacío de la vida por aquellos adultos que creen saber de la vida, aquellos quienes los juzgan y regañan por no tener una vida planeada, porque se quedan un día en la cama sin hacer nada mientras los adultos están trabajando. 16 y 17 es una edad para disfrutar ese poder de tomar el tiempo a su antojo, para ya cuando grande poder saber que vivió su tiempo bien para ahora si arremeter la vida adulta.


A veces creo que los adultos juzgan a los jóvenes de no hacer nada por envidia, envidia de no poderse quedar en la cama un día entre semana, envidia de levantarse y ya tener todo listo por sus papás. Sin embargo, es una edad de las curiosidades, de descubrir nuevas cosas y lo mejor sería que los adultos guiaran a estos curiosos, pero no para que no cometan errores sino que cometan sus errores, sus propios errores y sean capaces de afrontarlos, pues somos humanos seamos niños, adolescentes o adultos, nadie está exento a un error. Así se evitaría una vida acelerada, viviendo este segundo que es la vida. 

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